¿Es Twitter la nueva forma de obtener empleo?

   Según la Encuesta de Población Activa, la forma más eficiente de obtener un empleo es a través de las redes sociales primarias, es decir, familiares, amigos y conocidos. En las redes sociales virtuales la cosa funciona de forma muy similar. Te conectas a las redes de tus amigos y conocidos y a partir de ahí recibes la información que te interesa.

    A diferencia de otras redes sociales, Twitter funciona como un gran canal de divulgación rápida, no se pierde tiempo, es conciso y escueto.

Cabe la pregunta, de por qué Twitter y no otra cosa, la respuesta es sencilla: Porque en Twitter seleccionamos todas las fuentes de ofertas de empleo y nos avisa en nuestro correo, en nuestro móvil de aquella información que nos interesa, así de simple.   

    Una vez localizada las ofertas de empleo es cuestión de ponerse en contacto con el ofertante. Podemos empezar buscando ofertas a través de la búsqueda avanzada de Twitter (http://search.twitter.com/advanced) estableciendo los parámetros que deseemos, etiquetar y ya está.

    Si vemos el fenómeno desde el punto de vista de los  Servicios Públicos de Empleo podemos utilizar a nuestra red de rastreadores de ofertas (PEMO)  para reclutar empresas generadoras de empleo y ofrecerle nuestros servicios.

    Por otro lado, el hecho de publicar ofertas en Twitter con un frecuencia elevada  (un tweets por oferta, muchos tweets al día) genera un alto nivel de seguimiento de los Servicios de Empleo en las redes sociales con el consiguiente poder de convocatoria para otros fines administrativos.

 

    Esto no debería suponer mucho esfuerzo, las ofertas están en formato de bases de datos y los programas como Twitter son gratuitos y están disponibles en Internet. Los sistemas de información de los Servicios de Empleo permiten una rápida automatización de estos procesos, no sólo con respecto a las ofertas de empleo, sino también de las ofertas de formación, subvenciones, programas especiales, etc.

    Las posibilidades hoy en día de las redes sociales son infinitas. Modelos de negocio, de organización nuevos, posibilidades limitadas sólo al uso de la imaginación o a las mentes estancadas. Ver las redes sociales fuera de estas, es dirigir empresas y las administraciones del siglo XXI con modelos organizacionales del siglo XX, como si estuvieran trabajando en ellas personas del siglo XIX.

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